Trapecista, Vivillo, Locare, Chulón, Serpentino y Diabólico fueron los seis toros ensabanados de José Luis Osborne que se lidiaron en la plaza de toros de El Puerto de Santa María aquella noche veraniega de hace cuarenta años.
Tras la lidia del famoso toro Atrevido, conocido como el toro blanco que encumbró a la fama a Antoñete en el San Isidro de 1966, le dio cierto auge a la ganadería durante esos años en busca de toros ensabanados que proporcionaran el éxito a los toreros.
Sin embargo, José Luis Osborne tuvo que esperar dieciséis años para cumplir uno de sus sueños: lidiar una corrida completa de ensabanados en la plaza de El Puerto de Santa María. La corrida, celebrada en horario nocturno, fue lidiada por el sevillano Manolo Vázquez, que había reaparecido el año anterior, el ídolo local José Luis Galloso y el sanluqueño Paco Ojeda, quien cortó las dos orejas y el rabo al tercero de la noche, confirmando su triunfo en Madrid el 25 de julio de ese año con el toro Canastillo de Cortijoliva. Con este nuevo triunfo, la carrera de Ojeda dio un giro hacia la cumbre que culminaría el 12 de octubre en la Maestranza cuando logró salir por la Puerta del Príncipe.
En 1996 el ganadero José Luis Osborne cedió las seis cabezas de los ensabanados para su exposición en la Plaza Real.
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