Velero, de La Quinta, le ha vuelto a poner en el ojo del huracán. Gijón, y el resto de aficionados a través de la televisión, le vio cuajar a ese gran toro que aunó las mejores virtudes de Santa Coloma y que perfectamente extrajo, exprimió y potenció Álvaro Lorenzo. Tras no rodar las cosas en Madrid su temporada parecía abocada al silencio pero, golpe a golpe, el toledano está protagonizando una épica remontada. Estudia y ahonda en su toreo con una base de afición incuestionable y el privilegio de estar con la familia Lozano.
– “Si no salen las cosas bien en Madrid se frena todo. No es que mi temporada se acabara, mi obligación es remontar cada campaña pero al no tener suerte en Las Ventas todo se pone más cuesta arriba. Quiero recuperar ese sitio de la primera fila que están ocupando otros matadores jóvenes”
– “Me jode que digan que soy un torero correcto. Hablan de mi técnica como si fuera un defecto. Creo que entender lo que necesita cada toro y dárselo es una virtud”
– “Entiendo que digan que soy frío porque es la verdad. Soy tímido, me cuesta fingir en la vida y en la plaza. Reconozco que me cuesta transmitir”
– “Creo que a cada torero se le exige de una forma. A mí se me exige mucho pero me motiva porque significa que soy capaz, que puedo dar más. Me lleva a querer superarme cada día. Mi mayor rival soy yo mismo, me lleva a crecer”
– “Ni cuando uno corta las orejas lo ha conseguido todo ni cuando no lo consigue está acabado. En el toreo cuenta el día a día, la mejora constante, el continuo progreso”
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