La rotundidad de Ginés Marín y la solvencia de Luque en Zamora

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Zamora, corrida del 30 de junio de 2024

Abrió el cartel estelar de la feria zamorana Cayetano, que se las vio en primer lugar con un animal con tanta bondad como falta de fuerza, en una labor muy templada y hasta parsimoniosa tanto en el recibo capotero como en la muleta, que tuvo su punto más álgido en dos series con la zurda antes de coger la espada y acertar al primer viaje con su espectacular heterodoxia, escuchando una ovación.

No se prestó de salida el segundo de la tarde -noble pero de poca fuerza- para Daniel Luque, que además manseó en varas y apretó para los adentros en banderillas y que destrozó las tablas en un arreón a Fernando Pérez tras obligarle a tomar el olivo y ser obligados a saludar después Jesús Arruga e Iván García. Inició el trasteo en las tablas meciendo las embestidas a media altura unas veces y por trincheras otras, abriéndole los caminos para dar confianza y asentar al toro. Pero ya en la segunda serie al atacar más al animal, cantó rápido la gallina. La faena fue acortando distancias hasta meterse en los terrenos de cercanías en los que Luque tan cómodo se siente, dándose un arrimón marca de la casa, rematado con un desplante a cuerpo limpio. Estocada certera al primer encuentro y primera oreja de la tarde.

Gran toreo de capote a la verónica de Ginés Marín al tercero, que respondió con buen aire al encaje y la mano baja de cada lance hasta la media abelmontada en la boca de riego, lucimiento que también tuvo el quite por garbosas chicuelinas tras el único puyazo. Tras brindar al público, inició a pies juntos hacia los medios a un animal con más vida. Arrancó la música en la primera serie con la derecha con firmeza y ligazón, manteniéndose el alto nivel en otras antes de cambiar a izquierdas por donde también la faena rayó a gran altura en otro par de tandas. Volvió a coger la diestra para poner colofón a la faena por todo lo alto antes de agarrar una estocada arriba de rápido efecto que puso en sus manos las dos orejas de Majoleto, un buen cuvillo.

Muy suelto de salida el colorado cuarto, se le atizó de lo lindo en el único puyazo que tomó tras un marronazo del piquero. Cayetano brindó a Enrique Crespo, cirujano jefe del equipo médico que recibió un merecido homenaje por la mañana en la plaza de toros descubriéndose una placa en honor a su trayectoria como ángel de la guarda de los toreros. El inicio de faena pegado a tablas por bajo y rodilla en tierra llegó mucho al público para después ya en el tercio buscarle el pulso con la derecha, por la que toreó con mucho temple. Con la zurda la embestida era más desordenada, volviendo a la diestra por donde el trazo continuó más limpio pero sin apreturas. Otra estocada a la primera puso en su mano una oreja.

Con más voluntad que acierto saludó Luque al quinto, que se descolocaba o huía tras cada lance y que para colmo hundió los pitones en la arena y se dio una voltereta, por lo que fue apenas tocado en varas en el único encuentro con el peto. Nuevo brindis al doctor Crespo, tras el que el toro mantuvo su tendencia huidiza, recorriendo toda la plaza hasta terminar en la puerta de chiqueros. El diestro sevillano tiró de todo tipo de recursos, desde ganarle el paso en cada embestida hasta incentivarle la repetición, espoleándole con la ayuda, e incluso por molinetes de rodillas y el remate de faena con sus personales luquecinas, consiguiendo también algunos muletazos con gusto y hasta desmayo aprovechando la nobleza del mansito viaje del cuvillo. Otro espadazo al primer intento que precisó de un descabello y otra oreja para su esportón.

Un deleite la forma de mecer el capote en el recibo de Ginés Marín al cierraplaza por empaque, firmeza y encaje. El toro metió la cara con clase y se rebozó hasta el final en la media rematada más allá de la cadera. Un puyazo medido como toda la corrida fue la antesala al quite de nuevo por verónicas de bárbara ejecución y sin embargo con poco eco en los tendidos. Saludó en banderillas Antonio Chacón tras dos meritorios pares. Ginés Marín inició la faena en el tercio con la montera puesta, sacándoselo a los medios por ambos pitones con majeza. De nuevo hizo arrancar a la música tras la primera serie con la derecha, aunque con la izquierda ni desmereció la embestida ni el trazo del torero. Pero se centró, encajó y sintió más con la derecha en el resto de la faena, llegando muchísimo al público. Una lástima que cuando a más iba el torero, el toro se viniese a menos y tuviera que ir a por la espada para además pinchar por primera vez en toda la tarde en dos ocasiones y dejar la faena en una ovación como único premio.

Zamora, domingo 30 de junio de 2024. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, desiguales de juego, manejables en general aunque justos de fuerza y casta. El mejor, el tercero. Cayetano, ovación con saludos y oreja; Daniel Luque, oreja y oreja; Ginés Marín, dos orejas y ovación con saludos. Entrada: Media plaza. Saludaron en banderillas Arruga e Iván García en el segundo y en el sexto, Antonio Chacón.