Fue en Albacete, su tierra, en el festival celebrado en homenaje al banderillero fallecido Manuel Montoya en octubre de 2011. Dámaso González, que se encontraba en el tendido, bajó al ruedo y vestido de calle le formó un auténtico lío al sobrero de Juan Pedro Domecq. Con su temple innato, bastaron sólo dos series con su mano derecha para enloquecer a toda la plaza. Era Dámaso en estado puro.