González Écija, ganador del Circuito de Novilladas de Andalucía

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Fotos: Jesús Delgado

Emilio Silvera abrió la tarde con un novillo noble y con calidad, aunque justo de fuerza. Silvera le encontró la media distancia y lo toreó con gusto por ambos pitones. El epílogo por naturales a pies juntos tuvo torería. La labor quedó empañada al pinchar en el primer intento. Hubo petición, aunque no fue mayoritaria. Dio una vuelta al ruedo. No tuvo opciones con el cuarto, un toro con poco recorrido que se paró muy pronto. Silvera buscó con ahínco estructurar faena, aunque fue imposible. El público reconoció su actitud con una ovación. Tuvo que salir a lidiar el sexto por indisposición de Jesús Rivero. El último de la tarde fue un sobrero incierto que nunca se entregó. Faena larga y con altibajos. Dejó buenos naturales sueltos, pero a la faena le faltó conjunción y mando ante un novillo que desarrolló peligro.

El segundo de la tarde tuvo la virtud de la clase y el defecto de la falta de fuerza. Con ello jugó González Écija para componer una faena -que brindó a sus dos compañeros- con mucha expresión, aunque con la emoción justa. El torero demostró su buen concepto desde los delantales con el capote hasta el final de faena de muleta con el toreo a dos manos, trincherillas, cambios de mano… Mató al segundo intento con una buena estocada, que fue celebrada por sus muchos partidarios, que pidieron la oreja. El quinto no tuvo la clase del resto del encierro, pero a cambio tuvo más emotividad en sus embestidas. González Écija se acopló por momentos con él por el pitón izquierdo. Por el derecho acabó orientado. Le faltó consistencia al conjunto. Mató de una estocada trasera, pero el toro tardó en rodar y González Écija no estuvo acertado con el verduguillo.

El tercero de la tarde sembró el desconcierto en el ruedo. Por el pitón derecho se iba al cuerpo del torero, tanto que volteó a Jesús Rivero y a uno de los banderilleros. Incomprensiblemente el toro fue devuelto y se corrió turno. Salió un novillo con cuajo, que no estaba sobrado de fuerza -perdió un par de veces las manos-, pero tenía más empuje que sus hermanos. Jesús Rivero estuvo firme y decidido con él. La faena, que se desarrolló por completo por el pitón izquierdo por la discapacidad de Rivero en la mano derecha, tuvo mucho mérito. Cortó una oreja. Pasó a la enfermería dolorido por la voltereta. Los doctores, que también detectaron una subida de azúcar, aconsejaron que no lidiara su segundo toro.

Úbeda (Jaén). Domingo, 4 de octubre de 2020. Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Novillos de Guadalmena (el 6º como sobrero), bien presentados, con calidad salvo 5º y 6º bis, aunque les faltó fuerza en líneas generales. Emilio Silvera, vuelta al ruedo, ovación con saludos y palmas; González Écija, oreja y ovación con saludos tras aviso; Jesús Rivero, oreja en el único que lidió. Entrada: Lleno del aforo permitido, 1067 personas. Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio por los fallecidos por el covid-19 posteriormente sonó el himno de España.