Una lluvia de almohadillas inundó el ruedo de la Maestranza después de que el presidente no concediera la oreja del sexto toro que le abría la Puerta del Príncipe a Roca Rey. Aunque los méritos del peruano no fueron los suficientes para obtener el trofeo, bien es cierto que la petición fue mayoritaria y reglamento en mano el palco dejó a Andrés sin la foto a hombros. Ese fue precisamente el doble error del presidente: conceder la segunda oreja en su primer toro y no dársela en el último. La reacción del respetable, eso sí, fue del todo desproporcionada e irreconocible en una plaza como Sevilla.