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Valencia, 8 de marzo de 2025
Tres debutantes tres en la inauguración de la Feria de Fallas. Dos que venían con vitola y bagaje. Y un tercero, el de la tierra, que se presentaba ante la afición de la capital. Un gran ambiente en los tendidos pese a una gélida y desapacible tarde. ¿Qué sería de esta feria sin una tarde de frío? Que sea la primera… y la última. En Valencia se torna clave el buen tiempo para la buena salud en la taquilla, así que toca remontada (y suerte) en este aspecto. No ayudó a que subiera la temperatura la novillada de Talavante, tan desigual en sus hechuras, algunos, como el cuarto, feo y basto, y tan informal y bajita de casta en su comportamiento. Ante todos esos elementos a la contra, la ilusión de los tres espadas por encima de todo.
Desde que se destapara para el gran público en las pasadas Corridas Generales de Bilbao, Aarón Palacio no ha parado de crecer y afianzarse. Se comió la tarde a bocados de buen toreo y ambición. Sirva que no perdonó ni un quite como síntoma de su hambre de gloria. Toreó muy bien al que pudo torear bien, que fue al primero, y casi lo consiguió con el que parecía imposible, que fue el cuarto. El zaragozano inauguró la feria con un novillo despegado del suelo y que embistió con nobleza hasta que le duró un fondo justo. Aarón lo exprimió, le apretó desde que asomó. Hizo una exhibición capotera notable: faroles, lances jugando bien los brazos y ganando terreno, un galleo por chicuelinas y un muy templadísimo quite por tafalleras que fue la joya de su muestrario con la capa. Luego, durante la tarde, vendrían más en los novillos de sus compañeros como unas gaoneras de planta quieta y desafiando al viento, y de nuevo unas apretadas chicuelinas. A ese primer novillo lo toreó despacio, mejor sobre la diestra, la mano del novillo, se atalonó sobre la arena y se lo pasó cerca como signo distintivo de un concepto muy puro del toreo, que es por donde quiere caminar este Aarón. Despacio y redondeando los muletazos, así quiere torear. Buena fórmula. Pinchó tirándose muy recto a matar, cobrando un estoconazo al segundo intento para pasear la primera oreja de la feria.
Con el cuarto, en realidad toda la tarde, lo suyo fue cosa seria. Parecía un milagro que pudiera armar algo parecido a una faena con aquel búfalo sin cuello. Y casi acabó consiguiéndolo porque este Aarón quiere y puede ser alguien en esto. Ambición a raudales, se montó encima del novillo y le plantó cara con un valor fuera de toda duda a la brusquedad de aquellas embestidas tras un arranque explosivo de rodillas. A su gran sentido del toreo le faltó -defectos de juventud- el de la medida. Se pasó de metraje, ese fue el pero en sus dos faenas, y eso lo pagó en este turno a la hora de entrar a matar.
TORRIJOS Y MARCO, OREJA
El novillo del debut de Juan Alberto Torrijos fue el más bonito de los seis pero no le ayudó en su puesta de largo. No rompió hacia adelante por su nulo poder. No perdió el ánimo este Torrijos de tercera generación que saludó una cariñosa ovación tras media espada que fue suficiente. La faena la brindó a los ganaderos de La Jotera, los hermanos Carnicer.
Se fue a portagayola, como en su anterior, a recibir al sexto. Más decidido en este turno, se le vio con mayor determinación y arrojo. En su favor cabe decir que apostó por un novillo con movilidad por encima de otras virtudes. Era el de Talavante ese clásico mansurrón con mejor embroque que salida del muletazo. Torrijos le puso fe y amor propio, que a estas alturas de su carrera es lo mínimo que se le puede exigir. Arropado por los suyos, mató de una estocada que tumbó al novillo. Se le pidieron con fuerza las dos orejas que el palco dejó en una.
Marco Pérez debutó en Valencia con un novillo más rematado pero más cómodo por delante que el terciadito que abrió la función. Noble, pero de una nobleza anodina con el que la embestía decía muy poco. La faena del salmantino transcurrió como el ambiente: con frialdad. Hasta que encontró en los recursos, como fue una arrucina como remate a una tanda templada sobre la diestra, el click para calentar los gélidos tendidos. Eso y una contundente estocada le pusieron en sus manos un trofeo.
El quinto fue un novillo muy descastado que apenas pasaba. La cara alta y la nula entrega. Tras la apertura por cambiados por la espalda interrumpida por la informalidad del novillo, la faena se diluyó entre intentos y algún alarde de cara a la galería.
Valencia, sábado 8 de marzo de 2025. Primera de la Feria de Fallas. Novillos de Talavante, muy desigualmente presentados y de pobre juego en conjunto. Aarón Palacio, oreja tras aviso y ovación con saludos tras aviso; Marco Pérez, oreja y ovación con saludos; y Juan Alberto Torrijos, ovación con saludos y oreja con petición de la segunda. Entrada: Un tercio.
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