Escribo antes de que se inicie la Feria de Otoño. Por tanto este artículo no irá a caballo de la actualidad más caliente sino de la reflexión cuando la temporada ya casi expira. Y lo hago con un optimismo que está regresando junto a tantas trabas, zancadillas, políticas irracionales, modas estúpidas de un país bajo en cultura, en educación, en raciocinio, en conocimiento y en respeto, fundamentalmente por la clase dirigente. Y es que aquí no pasamos de azul al rojo o viceversa. Aquí pasamos de los chorizos a los indocumentados, a los que dan por el saco sobre aquellos temas que ni siquiera se han preocupado por conocer. El animalismo delirante frente al humanismo perdido. Hoy cuando lamentablemente a los seres humanos se les trata como animales; y mueren familias enteras en busca de la libertad, de la paz y del sosiego y el Mediterráneo, ese Mare Nostrum de las culturas, es una insaciable tumba de mujeres, de hombres, de niños que huyen del horror y de los fanatismos, de la muerte y del hambre. Pues hoy cuando las personas son una mierda se ha sublimado hasta la exageración y la cursilería, la degradación y el cambio de valores, el amor a los animales que a la vez son compañía, qué bien, pero en muchas ocasiones sustitutivo de ese creciente desapego hacia la familia, los amigos, la gente, la pareja, la sociedad y la frustración. Ladrar y maullar se aguanta mejor, muchas veces, que hablar. Abre la ventana, mira a tu alrededor, y cuéntame lo que ves y dime si no tengo razón.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1984
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1984 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1984 para Android