Se agolpa el dolor en un veterano que quemaba las naves de sus últimas travesías, y en la sangre fresca de un torero joven que busca su futuro a base de corazón y de dolor extremo. Cayeron Paquirri y Jiménez Fortes. El primero, en Huesca; el segundo, en Vitigudino. Francisco se está recuperando con la medicina y con la casta y dureza de la sangre que corre por sus venas y su historia. Sangre de los Ordóñez, de los Dominguín, de los Rivera que han escrito la epopeya, la épica de este viejo y noble sentimiento que es el oficio de matador de toros.
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1978
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1978 para iPad
Lea AQUÍ el artículo completo en su Revista APLAUSOS Nº 1978 para Android
Acceda a la versión completa del contenido
Los cien mil hijos de la razón
La pareja se casó este sábado en la Basílica del Gran Poder de Sevilla
En un festejo de cerca de cuatro horas, Emilio de Justo pasea los máximos trofeos…
El sevillano, que arranca la temporada en Valencia, estará cuatro tardes en Sevilla como muestra…
Se repartieron un total de ocho orejas y un rabo en medio de la algarabía…
Ambos salieron a hombros tras cortar dos orejas, por una de Fauro Aloi, en una…
El torero sevillano y la divisa charra fueron reconocidos en los primeros premios del Real…