Julio Aparicio hablaba por primera vez tras el grave percance de Madrid. Lo hizo en la SER, en el programa que ha roto todos los moldes de audiencia en la información taurina de radio. Y de otros medios. Apareció con una voz clara, rotunda, serena. Su voz de siempre. Pero la tremenda herida nos lo devolvía más asentado, más firme, más convencido como él decía: “como hombre y como torero”.
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