Manuel Diosleguarde sacó nota en la corrida concurso que abrochaba la feria de Arévalo. Su primero, con el hierro de Montalvo, lució una capa espectacular, berrendo en negro pero ahora aparejado, reminiscencia genética de su antigua y minoritaria sangre de encaste Martínez, también de buena hechura y aún más agradable cornamenta. Mostró buen aire en el recibo de Manuel Diosleguarde pero también flojedad, por lo que los dos encuentros con el peto fueron de mero trámite. Ismael Martín aprovechó su turno para quitar alegre por tafalleras. Brindó el matador al público y tras un firme inicio por alto buscando afianzarle, el toro paradójicamente se echó por su escasa fuerza y casta, lo que condicionó ya el trasteo hacia un toreo de cercanías. Diosleguarde se pegó un arrimón y tiró de recursos para llegar al público pasándoselo por la espalda y desplantándose tirando la muleta. Un estoconazo volcándose con mucha verdad alejando fantasmas puso en sus manos la primera oreja de la tarde.
De Toros de Orive era el quinto de la tarde, de sangre Salvador Domecq, jabonero de capa y de menor trapío. Mostró codicia en el recibo de Diosleguarde y en los dos encuentros en varas pareció empujar pero también se quiso quitar el palo. Ismael Martín quitó por efervescentes lopecinas, lo que calentó a Diosleguarde que replicó por saltilleras ajustadas y rematadas con una larga cambiada de rodillas en la boca de riego. Inició la faena con ambas rodillas en tierra y después llegó el mejor toreo de la tarde ante un toro de larga y franca embestida, cuajándolo con la izquierda en dos tandas profundas y volviendo a la derecha de nuevo de hinojos en los medios en un nuevo alarde de improvisación. Cerró por ajustadas bernadinas y otra buena estocada al primer viaje puso en sus manos las dos orejas de “Plumero”.
El otro triunfador fue el recién alternativado -en Burgos- Ismael Martín. El joven salmantino calentó los ánimos desde el principio al recibir al tercero de Los Bayones con una larga cambiada en el tercio y sacárselo bullidor por verónicas. Apretó en el único puyazo que recibió, lo que fue protestado por el público. Banderilleó el matador con su habitual desparpajo y dejándoselo llegar mucho. A la muleta el atanasio llegó con poca movilidad, quedándose a medio muletazo desde la primera serie. De uno en uno consiguió derechazos de mucho encaje, pero con la zurda deslucía al salir con la cara alta. Volvió a derechas para torear por circulares y meterse entre los pitones y una estocada casi entera de rápido efecto le hizo acreedor de una oreja pese a la fuerte petición de la segunda.
Cerró el festejo el toro más serio del encierro con el hierro de Hermanos Boyano de Paz. Ismael Martín salió espoleado y otra vez se tiró de rodillas para recibir al castaño de encaste Aldeanueva con una larga cambiada y animosas verónicas. Entró al caballo dos veces donde mostró genio y en banderillas sacó movilidad, clavando Ismael con arrojo, poniendo al público en pie, brindándole la faena. Al toro le faltó siempre entrega, soltando mucho la cara como principal defecto, pero al torero no le importó, manteniéndose firme y muy centrado, buscándole las vueltas para construir faena. Una estocada contraria de lento efecto no fue impedimento para cortar una oreja más que le abría la puerta grande junto a su paisano Manuel Diosleguarde.
DE LA CALLE, SIN TOROS.
Precioso el berrendo en negro acapachado de Francisco Galache que abrió el cartel netamente salmantino de toros y toreros que cerraba la feria de Arévalo. Muy templado ya de salida en sus embestidas, Álvaro de la Calle aprovechó su clase por verónicas con gusto y una abelmontada media. Pese a su poca fuerza el toro tomó dos puyazos midiéndole el castigo en los que cumplió sin alharacas. El quite por verónicas de Manuel Diosleguarde por profundas verónicas y una media asentada fue una buena tarjeta de presentación. Brindó su faena al empresario de la plaza, Inocencio Gomez Luquero “Chencho”. El inicio de la faena por alto en el tercio no impidió que el toro mostrase su endeblez y falta de movilidad, obligando a que los muletazos fuesen de uno en uno porque se defendía al intentar la ligazón, a pesar de su nobleza por ambos pitones. Esfuerzo baldío del torero, que siempre buscó la buena colocación y los frentes, pero ahogado por la falta de transmisión del animal, que llegó al último tercio totalmente agarrado al piso tras una faena larga de metraje pero que adoleció de emoción. Estocada delantera y desprendida en dos tiempos que precisó de tres descabellos. Escucho una ovación a la voluntad por agradar.
El cuarto, de encaste Murube con el hierro de El Canario, sacó más vida de salida. Empujó humillando y con clase en el primer encuentro y menos brío en el segundo puyazo antes del quite por delantales de Diosleguarde. Brindó Álvaro de la Calle desde los medios pero su actitud se estrelló con un toro que se vino abajo desde el principio y solo pudo poner voluntad y dejar detalles de su desmayado y natural concepto. Pinchó y diluyó el posible premio, escuchando otra ovación.
Arévalo. Sábado, 13 de julio de 2024. Toros de Francisco Galache, Montalvo, Los Bayones, El Canario, Toros de Orive y Hnos. Boyano de Paz; Desiguales de presentacion y de poco juego en general, a excepción del 5º, el mejor con diferencia. Álvaro de la Calle, ovación en ambos; Manuel Diosleguarde, oreja y dos orejas; e Ismael Martín, oreja en ambos. Entrada: Menos de media plaza.
Premio a la mejor lidia: Juan José Dominguez.
Premio al mejor puyazo: Pedro Iturralde.
Premio al mejor toro: Desierto.