AL COMPÁS

Más pasión y menos lamentos

Pedro Toledano
martes 18 de junio de 2024

Estos días se han hecho públicos los carteles de la Feria de Agosto de Málaga. Para la Escuela de Tauromaquia de Valencia ha sido todo un reconocimiento a su labor el hecho de que se anuncie en la novillada de tan importante abono a uno de sus alumnos. Simón Andreu se llama. El premio le ha llegado al joven paisano de Enrique Ponce, por haber sido el triunfador del ciclo de promoción que patrocina la Diputación de Málaga. La buena nueva viene a ratificar el acierto que en su día tuvo la Diputación de Valencia al apostar por la creación de la Escuela de Tauromaquia y, sobre todo, por seguir dotándola de las herramientas necesarias para lograr resultados tan halagüeños como el que se acaba de lograr.

Con ser vital el papel que viene desarrollando el ente provincial para potenciar las nuevas vocaciones, no lo es menos el paso al frente que acaba de dar la Consellería de Cultura, dependiente del vicepresidente de la Generalitat, Vicente Barrera, al posibilitar un convenio con la Fundación del Toro de Lidia para que los jóvenes valores valencianos participen en una liga de novilleros al estilo de las que ya funcionan en las comunidades de Castilla-La Mancha, Extremadura, Castilla y León y Andalucía con indudable éxito. La iniciativa viene a resolver, en parte, el vacío que encuentran los chicos cuando debutan con caballos y tienen que abandonar las escuelas. Se trata de una ayuda imprescindible ante la miopía de los profesionales que les impide ver las ventajas que tendría afrontar nuevos planteamientos organizativos.

Llegados a este punto, no menos importante sería contemplar a la hora de redactar los pliegos de concesión de las plazas de titularidad pública, la inclusión de alguna cláusula que exigiera la organización de novilladas en proporción de las corridas de toros que se anuncien. Los licitantes en lugar de hacerse con las plazas subiendo el montante económico lo lograrían invirtiendo en futuro. Es cuestión de poner más pasión y menos lamentos. Tampoco estará de sobra que alguien aligerase los costos de producción de estos festejos que no dejan de ser amateurs.

Síguenos

ÚLTIMAS NOTICIAS

Cargando
Cargando

ENTRAR AL TRAPO

Podrán derribar una estatua, pero jamás podrán borrar la Historia

Podrán derribar una estatua, pero jamás podrán borrar la Historia

Corría el año 1991 cuando el maestro César Rincón llenaba a reventar la Plaza de Bolívar de Bogotá el 11 de diciembre de 1991 y entre una multitud enfervorecida, y era recibido con honores de un gran héroe nacional. Claro que recuerdan al maestro Rincón, pero quieren echarle tierra encima

Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando
Cargando