La fiesta de los toros está más viva que nunca, con mejores actores que en los últimos años y con más espectáculos en esta vieja piel de toro que se llama España. Coño, hay toros, aunque sea para recortar o torear a cuerpo limpio, en muchos pueblos de Cataluña, como hemos visto a través de la televisión y los telediarios que siempre están buscando las cosquillas negativas de la tauromaquia en la plaza o en la calle. El último numerito de la televisión fue ver a un toro saltar al tendido de una placita catalana, muy guapa, y dar un susto a parte de los espectadores. Trataron al toro como una fiera corrupia en la televisión cuando el animal, que ya lo habían sacado a la plaza varias veces, lo que estaba deseando era huir cuanto antes de aquella verbena. O era manso o estaba hasta los pitones de tanto acoso y griterío. Pero fue positivo que nos enteráramos de que en territorio hostil el toro está en los festejos populares. No prohibido.
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