LA PINCELADA DEL DIRECTOR
Extraordinario el natural de Aarón Palacio en Arnedo. Foto: Carmelo BetolazaExtraordinario el natural de Aarón Palacio en Arnedo. Foto: Carmelo Betolaza

Muchas apoteosis y alguna cretinez

José Luis Benlloch
viernes 04 de octubre de 2024
Con Aarón Palacio y El Mene el gordo de la lotería torera ha caído en Zaragoza, solo hay que anunciarlos

El fin de semana que cerraba el septiembre taurino ha ido de apoteosis en apoteosis. De Sevilla a Madrid, de Madrid a Sevilla con Zaragoza a la espera y las ferias de las novilladas por medio. Llenos y más llenos. ¿Quién dijo decadencia?… El fangoso Urtasun al descubierto. Tampoco le debe importar mucho dado el grado de cinismo que exhibe el menda. Maestros consagrados en trance de despedida, toreros en plenitud, jóvenes crecientes, multitudes enfervorecidas, no es delirio ni un ataque agudo de optimismo, es que pasó. Insisto ¿decadencia, Urtasun?… decadencia es usted. Esa es la vitamina necesaria que el toreo necesita, público, triunfos, crítica, también sanedrines de intransigentes (los justos), faltaría más… Un puñado de nombres propios cargados de laurel coparon las portadas de los medios taurinos, los otros anclados en una necia modernidad, es decir, en una comprada inopia ni enterarse. A lo nuestro: ese Ponce, ese Pablo Hermoso, todos en pie, exhibieron apasionado magisterio, fuego en las alturas, pasión desbocada en Las Ventas, también en la Maestranza, los grandes templos paganos honrados por la torería de dos grandes maestros, más de treinta años de jerarquía les contemplan, suerte en sus vidas de ciudadanos que toreros siempre serán. Más: ese Talavante, nueva Puerta del Príncipe para arrancar la sanmiguelada siguiendo la búsqueda del mejor Talavante que no se puede perder… aquel del natural eterno en el mismo ruedo. Borja en su Maestranza, rebelado, a la conquista de los cielos que comienzan a abrírsele, que todo no tienen que ser delicatessen. Les diré que me gustan, los de las delicatessen pero también los de a mordisco redondo, que son igualmente necesarios, en realidad son imprescindibles a la búsqueda de la imprescindible variedad.

Navalón hizo buena la gran jugada de la confirmación inmediata -¡los valientes al poder!-, al fin y al cabo el toreo ha sido y será cosa de valientes

No me olvido de Navalón en Las Ventas, quince días de antigüedad en el cuerpo, lo que era (parecía) una osadía, ir directamente al examen venteño en tiempos en los que los chicos son (parecen) de maduración lenta, se ha convertido en la gran jugada -¡los valientes al poder!-, al fin y al cabo el toreo ha sido y será cosa de valientes. Y no me olvido de ese David Galván que despojado de esa gestualidad histriónica y exagerada que exhibió en Alicante y tanto chirriaba (a mí mucho) toreó en Madrid con una delicadeza y un gusto como para hacer cavilar a los artistas del mejor palmito. Sabiendo torear así para qué puñetas se meterán en otros berenjenales. Vamos, pregunto. Su arranque de faena en el Otoño madrileño fue una sinfonía.

Borja, en su Maestranza, rebelado, a la conquista de los cielos que comienzan a abrírsele, que todo no tienen que ser delicatessen

Eso fue el fin de semana en los grandes escenarios, pero también hubo gozo en plazas de menos fuste aunque no de menos importancia. Desde Algemesí, otra clase de grandeza -con la Naranja de Oro en su esportón-, me llegan noticias del impacto de Aarón Palacio que días después lo reeditó en Arnedo, Zapato de Oro incluido, se trata, Aarón, de la penúltima joya maña junto a El Mene. Con ellos el gordo de la lotería torera cayó en Zaragoza teniendo en cuenta que no hay mejor palanca para levantar una plaza que un torero de la tierra y si son dos como es el caso, ya me dirán. Y seguro que hay algún otro, solo hace falta que los anuncien. Me hablan igualmente de la explosión de Tomás Bastos en la capital de la Ribera valenciana, orejas, rabo y locura, mucha locura en el esportón, lo que debe ser en el espacio y en el tiempo novilleril, sin locura no hay paraíso. En la misma feria me siguen contando que se hicieron notar las buenas formas de Juan Alberto Torrijos, hijo y nieto de toreros; que resistió Nek a las puertas de la alternativa y tan importante o más que todo ello es que resistió la propia Setmana de Bous, lo mismo cabe decir de Arnedo, de Arganda, de Villaseca… porque qué sería del futuro del toreo si no fuese por las ferias de las novilladas en estos tiempos en que los empresarios profesionales, salvo excepciones u obligaciones contractuales, miran hacia otra parte a la espera de cosechar lo que otros producen.

EN EL ADIÓS DE ONETORO

Y para que todo no sea felicidad en este tiempo, duele el persianazo televisivo de OneToro TV, de las retransmisiones televisivas para ser más concreto, que es (era) su argumento existencial. Sin retransmisiones no hay gran argumento ni mucho me temo existencia. Ahora queda la esperanza de los adagios, ¿a qué acogerse si no?… y refugiarse en aquello de que cuando una ventana se cierra se abre una puerta, ya sé, el razonamiento es una ilusión más que una realidad, pero a algo hay que cogerse. Ahora habrá que estrujarse el magín, confiar en la santa providencia y esperar el milagro de la llegada de otras compañías, a ser posible con más riñón económico, para resolver lo de negativo y/o desilusión que trae ese último corte de la tele. Hay quien piensa que el cierre va a beneficiar la asistencia a las plazas por consiguiente mejorar la imagen, argumento que en el supuesto de ser cierto entiendo como cortoplacista teniendo en cuenta que, a corto, medio plazo, en una sociedad tan condicionada por lo mediático lo que no sale en la tele es como si no existiese, así que habrá que esperar el milagro. Tampoco es una situación novedosa, el toreo es un milagro que vive de los milagros como el ralentizar la furia de un toro; como criar al propio toro bajo el mando de una dirigencia urbanita que ni sabe ni entiende lo que es el campo más allá de las excursiones dominicales y sus melifluos buenismos; del milagro de poderle a la agresividad de los Urtasun que en el mundo ha habido y habrá; o tampoco es milagro resistir al ninguneo egoísta y sistémico de las muchas administraciones que se consideran favorables, de los presidentes ineptos y/o de los truhanes del propio toreo… Y lo bueno es que no se trata de una novedad, el toreo ha sobrevivido en ese alambre desde siempre, así que si ha resistido hasta ahora cabe pensar que seguirá resistiendo tras la tocata, fuga y señalamiento de OneToro TV.

OneToro TV: fin a las retransmisiones y reparto de responsabilidades. Alguna tendrá su dirigencia

Que en la planificación de OneToro TV no hubiesen previsto la lamentable existencia del pirateo, ni calculado los posicionamientos de un sector que nunca se distinguió precisamente por sus planeamientos colectivos ni mucho menos por abrir la mano a los intereses generales, que no hayan tenido capacidad económica para resistir, ha sido óbice para que sacasen el bastón en el comunicado final y nos señalasen a todos. Algo de culpa habrán tenido sus sucesivos dirigentes, alguna culpa se podían haber reservado. En este lado hicimos lo que podíamos, pagar. Ahora la esperanza está puesta en lo que puedan hacer las televisiones autonómicas. No hace tanto, unidas a través de la FORTA daban grandes acontecimientos con sustanciosos resultados en la difusión. Todavía podrían repescar la fórmula.

POSTDATA.- La cretinez del fin de mes, aunque da para poco más que una postdata sí da para el cabreo, la firmó el presidente de la tarde última de Ponce en Madrid no devolviendo el primer toro del maestro. Si el reglamento está pensado fundamentalmente para defender los intereses de los aficionados, para que no se cuele ninguna martingala (o eso se supone) una interpretación mínimamente lógica del mismo debe imponer la devolución de un toro que se partió medio pitón, aunque sucediese en la plaza. Por mucho menos han devuelto otros. No hacerlo fue hurtar el cincuenta por ciento del principal argumento de la tarde. Lo dicho, una cretinez al resguardo de la talanquera del palco.

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