Nek Romero afronta el 9 d’Octubre como el tramo clave para hacer realidad su gran sueño: ser matador de toros. La expectación que ha levantado la despedida del toreo en España del maestro Enrique Ponce está poniendo una injusta sordina a la alternativa del joven diestro. Valenciano de Algemesí, torero de fino estilo con reconocimiento de novillero puntero en las dos últimas temporadas en las que ha logrado levantar justas expectativas entre los aficionados. Dos años de éxitos en el escalafón de plata, en los que ha sumado más de cuarenta paseíllos, han acabado dándole derecho a entrar en tan importante cartel. Un sueño y a la vez un reto de alta dificultad. Torear al lado de Ponce y Talavante da categoría, pero la forzosa comparación incrementa el grado de dificultad. El toricantano tendrá que pelear contra la presión que genera la necesidad de triunfar y no quedarse atrás y el riesgo de sucumbir en la riada de maestría y también de poncismo que se pronostica para tan valenciana jornada; a su favor jugará la ilusión y el factor novedad que le conferirá la oportunidad de subirse a la ola de optimismo valencianista que generará el momento.
“Me ha ayudado mucho que este septiembre haya podido torear doce novilladas, así que la presión es más llevadera”
El argumento tiene alma y muchas entretelas argumentales, el gran maestro que se va y el joven lidiador que llega cabalgando el potro de la juventud. Agua fresca para los aficionados en el siempre conveniente proceso de renovación en un escalafón urgido más que nunca de novedades. El reto para Nek es difícil pero no imposible. No hace tanto, y le debe servir de estímulo, otro valenciano, Samuel Navalón, aprovechó un reto en circunstancias semejantes -también Ponce como padrino- y catapultó su carrera desde Madrid.
“Me considero un torero puro, con mucha verdad, de los que gusta de llevar los toros muy toreados. Y sobre todo me gusta torear despacio”, explica Nek a la hora de definirse artísticamente, y asegura que llega a la gran cita muy preparado: “Me ha ayudado mucho que este septiembre haya podido torear doce novilladas, así que la presión es más llevadera”.
El joven espada apura sus últimas horas de puesta a punto en su Algemesí natal. Charlamos para Las Provincias al terminar una partida de frontón, que hay que mantener fino el cuerpo y activos los automatismos, y la fórmula de la pelota es un clásico. Se le nota optimista –“he ganado, nos hemos apostado un almuerzo y he ganado, claro”, bromea sobre la partida- y tras el trago que supone siempre torear en Madrid donde se acaba de despedir de novillero, cuenta que ha comenzado a pensar ya en la alternativa: “Una cosa tras otra”.
“En Madrid me emocioné, noté que la plaza estaba conmigo. Pude sentir en mi primer novillo el rugido de aprobación de Las Ventas y también su exigencia en el segundo”
De Madrid trae emociones fuertes: “Salí de la plaza contrariado porque pude cortar una oreja importante a mi primero, pero por culpa de la espada la tarde se quedó en nada aunque las sensaciones fueron muy buenas”. Y continúa con las percepciones que le provocó una de las tardes más trascendentes de su carrera: “Me emocioné, noté que Madrid estaba conmigo. Pude sentir en mi primer novillo el rugido de aprobación de Madrid y también su exigencia en el segundo”.
Llega muy preparado, asegura el propio torero, cuestión que le permite lanzar la moneda al aire con posibilidades de que las cosas salgan bien tal como sucedió en Madrid en el tercio de quites de su primero. “Hice un quite por gaoneras y cuando Chicharro hizo el suyo le repliqué por chicuelinas muy ajustadas”.
El diestro, formado en la Escuela de Tauromaquia de Valencia, que debutó con picadores en la feria de Algemesí de 2022, sitúa la tarde más importante de su trayectoria en el festejo de la Virgen en Valencia en mayo de 2023. Y entre las pruebas de más relieve que tuvo que pasar hay que destacar las dos corridas mixtas de Valencia alternando con Morante y Talavante, respectivamente.
Ahora se encuentra ante el gran momento, a horas de alcanzar su gran sueño: la alternativa. Siguiendo la penúltima moda del toreo se niega a desvelar el color del terno que lucirá en tan trascendental tarde. Si le da buen bajío, perfecto, hay que respetárselo, aunque a buen seguro que el éxito que tanto deseamos todos no dependerá del color de vestido. Sería muy fácil.