Miguel Ángel Perera ha sido intervenido en la enfermería de la plaza de toros de Cuenca de una cornada envainada con trayectoria ascendente de 7 centímetros en el tercio interno-posterior inferior del gemelo de su pierna izquierda. Una herida que es consecuencia del percance que ha sufrido cuando toreaba con el capote al primer toro de su lote. Según el parte médico emitido por la doctora Elsa Jiménez, la cornada no tiene afectación de paquete vasculonervioso y su pronóstico es leve.
Perera, que reaparecía este miércoles en Cuenca tras resentirse en Bilbao de una lesión de costillas en la pasada feria de San Sebastián, habrá de someterse a la atención del equipo médico en Palencia, donde torea este viernes, para la retirada del drenaje que se le ha practicado y la cura de la herida que padece.
La cogida de esta tarde sobrevino cuando quitaba por tafalleras y gaoneras al tercero, cayendo malamente en el ruedo. Muy dolorido, el extremeño se sobrepuso, retomó y remató el quite iniciado accidentalmente. La faena de muleta resultó pulcra y entregada, sin alardes estéticos. El fallo a espadas le privó de pasear trofeo, o trofeos.