“Como todo ser humano, habré cometido errores y aciertos a lo largo de mi vida profesional. Siempre he aceptado y acepto con buen talante y espíritu de aprendizaje todas las críticas. Por ello, si alguna vez en el cotidiano ejercicio de mis funciones alguien se sintió ofendido pido disculpas públicamente”, reconoce Toño Matilla, que asegura amar y respetar la Tauromaquia: “He dedicado mi vida y sacrificado mucho tiempo junto a mi familia por este trabajo que tanto me apasiona y en el que tanto tiempo invierto. Admiro, respeto y tengo los mejores deseos para absolutamente todas aquellas personas que día tras día se enfundan un traje de luces y ponen en riesgo su vida delante de un toro”.