Dan miedo. Y otras cosas más. Vaya cuadrilla, o como diría el clásico: “Vaya tropa” la que pretende gobernarnos. Los del PP defienden la Fiesta pero no pueden, aunque se agradece, hacer de los toros un patrimonio político porque entonces ya está el lío, que si los toros son de derechas o de izquierdas, o sólo del PP. Vamos a ver, la única verdad, y la historia está ahí para certificarlo, es que la fiesta de los toros fue siempre del pueblo. Esa es la puta verdad. Y lo demás son milongas, manejos, mentiras y politiqueo barato. Insisto: la historia está ahí. Ni Lorca ni Buñuel, ni Picasso, ni Dalí, ni mil cerebros más de la libertad y el talento eran de la derecha. Ni todos de la izquierda. La plaza se ha llenado siempre de lo que debemos llamar un parlamento abierto y completo que representaba todas las españas posibles. Pero en el siglo dieciocho, en el diecinueve, en la república, en la dictadura y siempre. No me jodan ahora los políticos. Esto no es ni del PP (aunque se agradece, cómo no, su apoyo) ni del Partido Socialista (aunque gracias a Tierno Galván se hizo en Madrid la Escuela Taurina que se ha ciscado en ella la ilustrísima alcaldesa de Madrid llamada, ¡ay Carmena!), ni del Partido Comunista, donde hubo también enormes aficionados desde los de arriba, como Tamames (gracias también por apoyar la divulgación de la Fiesta en Madrid), ni de los nuevos partidos, tan tolerantes con tantos aspectos como cerrados con la Tauromaquia en su enorme error de cálculo, de intereses y de futuro.
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