Los toros de Fuente Ymbro fueron imponentes por fuera y bravos por dentro, un compendio de lo que fue una señora corrida de toros. Perera, con su temple y poder, aprovechó las embestidas para pasear el único trofeo de la tarde. El extremeño, al igual que los pupilos de Gallardo, no fallaron en la primera corrida de a pie de la Semana Grande bilbaína.