La plaza de toros de Castellón ha elegido al artista Ripollés como imagen del cartel anunciador de la doble feria del 2022. Se lo debía la afición por todo lo que se ha partido la cara para defender la tauromaquia en el mundo entero, cosa que otros se empeñan en enmudecer. La imagen es icónica, con grandes significados que trascienden lo ilustrativo. Es la reivindicación de un arte desde un artista universal. No uno cualquiera, un transgresor como lo fue Belmonte, un vanguardista de espíritu bohemio cual José Tomás, un admirador de la belleza humana a lo más puro Dominguín. Luis Miguel, que fue amigo de Picasso, tan inspirador en la obra de Ripollés, el que nunca dudó en alzar su voz de aficionado en un momento en el que él, desde su exilio, no debía levantar voces de reivindicación. Pero se puso el mundo por montera, como hace Ripollés. Cosas de grandes artistas.
“Los toros no se acabarán mientras haya seres humanos que sigan yendo a la plaza”

Su defensa es apasionada. Hila argumentos con una lucidez asombrosa y un discurso de los que ponen a cavilar. Le supera la falsa moral de los animalistas, “esos que no saben que teniendo un perro viviendo en un piso le genera una constante depresión, porque el animal se debe manifestar en libertad, con las autenticidades de la naturaleza”. El mejor ejemplo: el toro bravo. “O el gallo de pelea, cuya condición, como el toro, es pelear de lleno”.
“No hay otro arte donde la herida o la muerte sea de verdad, en el toreo se muere de verdad”
Esa naturaleza viva, la fuerza del toro bravo, es lo que da sentido a la tauromaquia y la hace única. “No hay otro arte donde la herida o la muerte sea de verdad, en el toreo se muere de verdad. Y estando la muerte tan presente, existe un ballet, una danza entre la fiera y el ser humano que llega a ser algo maravilloso y único. Eso es auténtico arte”, reflexiona Ripollés.
“Por eso yo creo que en esta feria de la Magdalena van a pasar cosas maravillosas”, sigue exponiendo con claridad. “La feria no puede ser mejor, es todo un lujo, y tal acontecimiento debo aprovecharlo para ver si surge la inspiración y somos testigos de algo extraordinario. Yo prefiero que no me lo cuenten”. Este artista singular, todo un maestro, tiene ya engalanada la calesa y a punto las mulillas para llegar “como merece una tarde de toros”, con la máxima categoría a la plaza. “Y entro cargado de ilusión. Además, veo más gente joven en los tendidos que nunca y eso es crear cultura”.
A Ripo no hay quien le corte. Se siente a gusto hablando de toros. Muy apasionado. Su defensa es acérrima. “Seguiré apoyando los toros porque hay mucha verdad en esta fiesta. Creo en ella por muchas cosas como sus enormes valores”. Palabra de maestro.