Victorino Martín y Manuel Escribano protagonizaron el miércoles en Sevilla la segunda edición de “El toreo contado”, una actividad organizada por la Empresa Pagés. El acto, celebrado en la sala Antonio Machado de la Fundación Cajasol y en la que ambos invitados revivieron el indulto de Cobradiezmos acontecido el pasado 13 de abril, colgó el cartel de “No hay billetes”.
“Fue magia y éxtasis. Cuando vi ese pañuelo imagínate lo que me entró. Empezamos a hacer cosas que ni sabíamos, se nos olvidó que el toro estaba allí”, comento Manuel Escribano durante una charla moderada por el periodista José Enrique Moreno. Por su parte, el ganadero añadió: “Ese día estábamos felices todos, la gente de la plaza y nosotros. La felicidad se contagia y ese día todo se desbordó”. Escribano, que describió la tarde como un sueño fresco en su mente, comentó: “Era el primer toro de Victorino en el que me iba a la puerta de chiqueros. Con uno de Victorino me daba miedo, me había ido con otros pero con uno de Victorino no. Desde que lo vi me asombró su belleza y me entró por el ojo”.
El ganadero habló de la reata y la familia de Cobradiezmos: “Es de la familia de las cobradoras, que ha dado muchos toros importantes. Él fue el primer hijo de esa vaca”. Y añadió: “Ya ningún toro se llamará Cobradiezmos, a los posibles hermanos los condicionaría mucho”. Un detalle desapercibido entre tanta clase y bravura, fue que el toro escarbaba, a lo que respondió el ganadero: “Yo sí me di cuenta desde un principio. La perfección no existe, pero las virtudes estuvieron tan marcadas que eclipsó todo lo demás. En nuestra casa los más críticos con nuestros toros somos nosotros”, destacó.
¿Dudaste en algún momento?, preguntó José Enrique Moreno a Escribano. “Hay un momento entre la primera y la segunda tanda que voy caminando al toro y me dije, como no cuajes a este toro te buscas la ruina para toda tu vida. Pero igual que me dije eso supe lo que tenía que hacerle”. “No llega a estar lo firme que estuvo y le llega a dar un tirón o un toque mal dado y no vemos al toro que vimos”, apuntilló Victorino.
Sobre el momento del indulto, el ganadero afirma: “Sé lo difícil que es y hasta que no las vi todas conmigo, dudaba”. Ya lo había dicho antes Victorino: “El ruedo de Sevilla es complicado. He visto toros venirse a menos y rendirse. Hasta el final no puedes cantar victoria, he visto toros rajarse que no me lo podía ni imaginar”.
¿Qué supone este día en vuestras carreras?, preguntó José Enrique Moreno. “Lo más importante para mí es el orgullo y la satisfacción de poder conducir esa embestida y de estar a la altura del toro, lo demás me da igual”, respondió Escribano. “Somos ya parte de la historia de Sevilla y de la Tauromaquia. Supone que te pones el listón a una altura y que ya no te puedes bajar de ahí”, comentó Victorino.
“Fue un indulto unánime. Hubo una unanimidad absoluta. Se veía la cara de la gente llorando, es lo más grande que puedes vivir como torero”, dijo Escribano en los últimos compases del acto. “Es un indulto que ha repercutido muchísimo. Me satisfizo muchísimo escuchar la opinión de mis compañeros”, dijo Victorino.
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