Inicia un curso de reválida y consolidación. Podríamos llamarle examen de estado dada la amplitud y la altura de miras. No es que se dude de la autenticidad de los triunfos del año pasado, muchos, seguidos y madrugadores -también de calidad- pero la ley taurina que acompaña a los grandes exige de constantes reafirmaciones. Es el reto de Tomás Rufo, la revelación de la temporada anterior. Ahora le toca insistir para resistir y a ello se aplica.