Ureña y Román, tan distintos y tan parecidos. El toreo serio, íntimo, desnudo, a todas luces desgarrado y desde luego clásico de Ureña, frente a la expresión efusiva, por momentos desenfadada, modernista e imprevisible de Román. Ese es el cartel del Aula de Las Provincias (terraza del hotel Only You, a las 12 horas del próximo miércoles 10 de julio, entrada libre) Dicho así se puede hablar de dos personalidades toreras muy diferentes, pero si vamos un paso más allá llegamos al mismo lugar de encuentro, dicho en términos taurinos al tercio de la emoción, justo el objetivo final del toreo, un fin que los dos persiguen por caminos distintos y un arma común, el valor. Es verdad que a los toreros se les supone el valor solo que en unos resulta más evidente que en otros y en estos dos, queda muy a las claras. Se trata de dos valientes que además hablan claro, en realidad de dos toreros a la caza de emociones.
Los dos están anunciados en la feria de Julio, la Fira en lenguaje propio, (21 de julio) en un mano a mano que se antoja apasionante y promete emociones fuertes; los dos han triunfado en la feria de San Isidro, que es uno de los avales más valiosos en la actualidad y los dos triunfaron a lo grande en las Fallas que no es cuestión menor, detalles ambos que borran de raíz cualquier sospecha de artificialidad para convertirlo en un desafío real. Y si hay que buscarle argumentos más escondidos aunque no menos perseguidos, advertir que ambos luchan por ganarse más aprecio en las altas instancias del llamado sistema que no acaban de hacerles justicia, seguramente por su incomodidad entre el stablishment, seguramente.
Estos días se han cruzado como quien dice en los límites del drama. Ureña está pendiente de reaparecer, lo hará en Valencia, de la fractura de clavícula que le produjo un toro en Madrid; Román ya reapareció en un festival y torea mañana en Pamplona, lo ha hecho tras una tremenda cornada en Vic que le atravesó el muslo en varias direcciones, nada para lo que pudo ser. La demostración de que nada es gratis ni fácil en el toreo.
Un nuevo Román
Ureña, en declaraciones a Las Provincias, califica de algo muy especial su presencia en la Feria de Julio a la que no ha vuelto desde la temporada 2019 de la que salió triunfador: “Es una cita que me hace mucha ilusión. Torear en la plaza de Valencia a la que considero una de mis plazas y que además sea mi reaparición tras el percance de Madrid, para mi es algo muy importante”.
Sí ha toreado en ese tiempo en la feria de Fallas y con gran éxito, especialmente en la última edición en la que se proclamó triunfador con una faena extraordinaria, pero no quiere elegir. “A mí me gustan las dos ferias. Me gustan las fallas, me gusta Julio, me gusta Valencia y me gusta la ciudad”, ha reaccionado rápido.
Román por su parte se inclina abiertamente por la Feria de Julio, “Fallas te coge arrancando, el cuerpo no está todavía afinado es como si te faltase algo. Así que aunque el toro sea más toro en Julio y vaya menos gente a la plaza, los toreros estamos a mejor nivel”.
Ante el próximo mano a mano se encuentra igualmente ilusionado: “Para mí torear en Valencia siempre es una motivación. Es mi casa y a pesar de que me carga de una gran responsabilidad lo disfruto mucho. Aquí nací como torero y aquí crecí. Me incita a superarme. Ahora me toca demostrar que soy un nuevo Román”, y a preguntas de queésignifica eso se lanza tan decidido como siempre: “Significa que van a ver un Román que ha evolucionado mucho, aunque sigo siendo en esencia el mismo Román, solo que más metido en el tema, más enamorado de mi profesión”.
Vuelve después de estoquear seis toros en Fallas, una tarde que considera que ha marcado un antes y un después en su carrera: “De primeras salió todo a la contra, el viento, el día que amaneció poco grato, el juego de los toros… fue una tarde difícil pero bonita y claro tengo ganas de volver”.
Preguntado el lorquino por Román, compañero y competidor directo esta feria, expresa la mejor de las opiniones: “Más allá de ser mi amigo, Román es un torero que todo lo que tiene se lo ha ganado él a base de esfuerzo, de ser muy honesto frente al toro. Lo respeto muchísimo. Nadie le regaló nada y está haciendo la carrera a base de su verdad que no es otra que la entrega delante de los toros”.
Román por su parte considera a Ureña un amigo con el que convivió mucho tiempo. “Se podría decir que fue mi maestro, junto a él aprendí una barbaridad. Cuando yo apenas toreaba él estaba en las ferias. Fueron cuatro años viviendo y entrenando juntos”. En realidad, asegura, nada que le reste competitividad a la tarde del mano a mano. “Al revés, lo que quiero es dar lo máximo de mí y entiendo que él también. Lo vamos a dar todo, ninguno se va a dejar ir. Siempre pensé que el éxito de uno no depende del fracaso del otro”.
Antecedentes
El mano a mano tiene un antecedente en la feria de Julio de 2018 con toros de Algarra. “Fue una tarde dura para mí. Paco estuvo sensacional”, recuerda Román que a pesar de salir a hombros aquel día apunta. “No fue una de mis mejores tardes. La recuerdo como muy emocionante, pero no la mejor”.
Teniendo en cuenta que Feria de Julio taurinamente en Valencia son vísperas de Fallas, cita especialmente deseada por toda la torería, Ureña no se decanta por ninguna de las dos: “No había caído en la cuenta, pero más allá de esas circunstancias Valencia es importante siempre. También existe la corrida de octubre y esa también es una tarde muy deseable”.
De la fractura de la clavícula asegura que está recuperándose, ya ha comenzado a ir al campo y está con muchas ganas de reaparecer. “Uno está acostumbrado a estas situaciones, son cosas que desde que decides ser torero tienes que asumir” y sobre cuestión tan poco grata, añade que no sabe el número de percances que ha sufrido a lo largo de su trayectoria, pero son más de veinte. Desde luego demasiados le apunto y asiente “desde luego”.
Sobre el trato recibido por el llamado sistema en referencia a la política empresarial, Román se manifiesta con la sinceridad que le caracteriza y asegura que “en el toro cada uno está donde se merece” y reconoce que el último año ha pasado por un momento en el que no le estaban saliendo las cosas y que ahora ha cambiado todo “he sido uno de los triunfadores de Madrid y de Valencia y todo aparece más claro”.
Sobre si vale la pena ir al mano a mano no tiene dudas: “Yo diría que es el cartel de la feria. Nadie se va a aburrir. Los dos vamos a dar lo máximo”, mientras Ureña afirma, “ni como aficionado ni como torero me lo perdería”.